Por P. Modesto Lule
msp
¿Te
cuento un chiste? Hay dos amigos que entran a un restaurante oriental. El amigo
que ha sido invitado le pregunta al otro. ̶ ¿Y ya has venido a comer a este lugar? ̶ Sí,
responde el otro. Entran y toman asiento en una mesa. Llega el mesero y les da
el menú para que pidan de comer.
El nuevo dice, ̶ no entiendo nada, ¿qué pido? ̶ Ha, mira, pide de esto que yo siempre pido, es muy rico. ̶ ¿Y si sabes qué es? ̶ Claro, es gallina. ̶ ¿Seguro? Le pregunta el otro. ̶ Claro, responde. Y mira para comprobártelo ahora que nos traigan los platos te lo voy a demostrar. Les traen los dos platos calientes y el que ya había ido varias veces al restaurant le dice algo al mesero, pero este no entiende su idioma. El otro amigo que lo miraba le dijo: ̶ Ya ves no vas a saber que te sirvió. El otro le dijo, ̶ vas a ver que sí, y le hizo una señal al mesero, este llegó de inmediato y el que lo había llamado le señala el plato caliente de sopa con una mano y después junta sus dos codos y comienza a hacer como una gallina. El mesero estaba extrañado por todo lo que veía. Pero este movió la cabeza negativamente. Después con una mano señalo el plato de comida y comenzó a hacerle: miau, miau, miau. Y el cliente escupió la comida. Jajajajajaja
El nuevo dice, ̶ no entiendo nada, ¿qué pido? ̶ Ha, mira, pide de esto que yo siempre pido, es muy rico. ̶ ¿Y si sabes qué es? ̶ Claro, es gallina. ̶ ¿Seguro? Le pregunta el otro. ̶ Claro, responde. Y mira para comprobártelo ahora que nos traigan los platos te lo voy a demostrar. Les traen los dos platos calientes y el que ya había ido varias veces al restaurant le dice algo al mesero, pero este no entiende su idioma. El otro amigo que lo miraba le dijo: ̶ Ya ves no vas a saber que te sirvió. El otro le dijo, ̶ vas a ver que sí, y le hizo una señal al mesero, este llegó de inmediato y el que lo había llamado le señala el plato caliente de sopa con una mano y después junta sus dos codos y comienza a hacer como una gallina. El mesero estaba extrañado por todo lo que veía. Pero este movió la cabeza negativamente. Después con una mano señalo el plato de comida y comenzó a hacerle: miau, miau, miau. Y el cliente escupió la comida. Jajajajajaja
Es
un chiste para decir que no todo es lo que parece y que no todo lo que nos
sirven en la comida sabe feo a pesar de ser algo desconocido. Pero si hay que
saber a dónde podemos ir a comer y también saber que pedir.
Bueno
ahora con este tema de la comida podemos hablar de más comida. Resulta que ando
por la calle y me encuentro a un amigo que no veía hace mucho tiempo. Ya se casó
y me invita a comer. Yo acepto pues tengo mucha hambre y muy poco dinero. Me
invita a su casa qué queda ahí cerca. Le habla a su esposa por celular para que
prepare la comida y pronto llegamos a su hogar. Su casa está en un edificio de
departamentos. Toma la llave de la puerta y abre. El cuarto es pequeño, hay una
pequeña sala y enseguida una pequeña cocina. Su esposa está en la estufa
calentando las tortillas. Yo saludo a distancia. Su esposo se acerca a saludar
de beso pero esta lo rechaza. Nos sentamos a la mesa y platicamos un poco. La
señora de la casa se acerca y avienta el plato de comida a su esposo. Es un
plato con pollo rostizado, arroz, frijolitos y ensalada. Trae otro plato y
también me lo avienta. En seguida trae una jarra con agua y la avienta de igual
forma. Un poco de agua se tira y yo me siento un incómodo por la situación. Mi
amigo le reclama a su esposa la forma de servir la comida y comienzan a
discutir. El hambre que traía se me ha ido y la discusión parece no terminar.
Esa
actitud me ha llevado a reflexionar que muchas veces nos comportamos igual que
esa señora. Y no precisamente porque nos toque servir en la comida, sino porque
continuamente ofrecemos a los demás lo que somos y a veces lo hacemos de mala
manera, de mala gana. Puede ser muy bueno eso que damos a los demás pero cuando
se hace de mala gana no se aprovecha como se debiera. Me viene a la mente un
sacerdote que daba muy buenas reflexiones en sus misas pero la forma como lo
hacía era muy altanera y prepotente. A pesar de que era muy bueno todo lo que
decía no lograba llegar al corazón de los que lo escuchaban. Así pasó con la
comida, tampoco pude llegarla a saborear como debiera haber sido.
Todo
el día hablamos a los demás o estamos prestándoles un servicio, y muchas veces
eso no logra llegar al corazón y dejamos una mala impresión. No importa donde
sea siempre estamos en contacto con las personas y siempre les brindamos algo
de nosotros. En la casa, en la escuela, en el trabajo o en la iglesia, siempre
ofrecemos lo que somos y lo que tenemos y puede ser muy bueno pero si lo
hacemos de mala gana puede ser que no regresen los clientes o los alumnos o los
feligreses.
La
esposa de mi amigo estaba enojada con él, y quizá se enojó al saber que llevaba
a alguien más a su casa para comer. Considero que los problemas que puedes
tener con una persona debes buscar una solución en un lugar y en un momento
adecuado y de forma personal.
Por
eso hoy me hago esta pregunta: ¿Cómo estoy sirviendo a los demás, cómo los
trato, cómo les hablo o como pienso de ellos? Puede ser que muchas veces me
haya portado igual que esa señora.
¿Y
tú cómo sirves la comida?
Que
pases muy buen día.
Me gusto la reflexión, gracias por compartir padre Lule. Saludos desde Guadalupe, Nuevo León.
ResponderEliminarAcabo de escuchar hace poco el Evangelio en radio SEPA y pase a leer esta página.
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