P. Modesto Lule msp
Estaba un día Diógenes en la
esquina de una calle riendo como un loco. -¿De qué te ríes?, preguntó uno que
pasaba por ahí. -De lo necio que es el comportamiento humano, respondió. -¿Ves
esa piedra que hay en medio de la calle?
Desde que llegué aquí esta mañana diez personas han tropezado con ella y la han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropezaran otros con ella. Y Diógenes siguió riendo.
Desde que llegué aquí esta mañana diez personas han tropezado con ella y la han maldecido, pero ninguna de ellas se ha tomado la molestia de retirarla para que no tropezaran otros con ella. Y Diógenes siguió riendo.
Nos puede pasar lo mismo y
estar todo el tiempo mirando a los demás como tropiezan. O podemos hacer la
diferencia y quitar las piedras. Quizá quitar las piedras o quizá quitarnos
nosotros para no hacer caer. Porque muchas veces nosotros somos la piedra para
otros. Comencemos desde hoy haciendo la diferencia.
Hasta la próxima.
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