P. Modesto Lule msp
Un padre observaba a su hijo
menor que trataba de mover una gran maceta. Los esfuerzos eran vanos. El padre
miraba en silencio, sin intervenir. Cuando el hijo se dio por vencido, el padre
se acercó y le preguntó:
-¿Crees que has hecho todo lo que estaba en tus manos para mover la maceta? -Creo, sinceramente que sí, respondió el hijo. -Te equivocas, hijo, te ha faltado pedir ayuda a tu padre. Te la hubiera brindado con todo cariño.
-¿Crees que has hecho todo lo que estaba en tus manos para mover la maceta? -Creo, sinceramente que sí, respondió el hijo. -Te equivocas, hijo, te ha faltado pedir ayuda a tu padre. Te la hubiera brindado con todo cariño.
Cuando creas que has echo todo lo que podías, nunca
olvides pedirle ayuda al que todo lo puede; porque si es para tu bien, de seguro que te tenderá la mano. Ya que
siempre quiere lo mejor para cada uno de nosotros.
Hasta la próxima.
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