lunes, 22 de abril de 2013

La maceta, el niño y el papá.




P. Modesto Lule msp



Un padre observaba a su hijo menor que trataba de mover una gran maceta. Los esfuerzos eran vanos. El padre miraba en silencio, sin intervenir. Cuando el hijo se dio por vencido, el padre se acercó y le preguntó:
-¿Crees que has hecho todo lo que estaba en tus manos para mover la maceta? -Creo, sinceramente que sí, respondió el hijo. -Te equivocas, hijo, te ha faltado pedir ayuda a tu padre. Te la hubiera brindado con todo cariño.

Cuando creas que has echo todo lo que podías, nunca olvides pedirle ayuda al que todo lo puede; porque si es para tu bien,  de seguro que te tenderá la mano. Ya que siempre quiere lo mejor para cada uno de nosotros.



Hasta la próxima.

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