El loco

 Por P modesto Lule msp

                                                  Año de 1996 con mi primera Biblia

Hace muchos años cuando vivía en los Ángeles California compré mi primera Biblia a expensas de que me sucediera algo malo.
Y esto porque una compañera en el trabajo me dijo cuándo le comente que quería comparar una Biblia, que una conocida suya se andaba volviendo loca. Mi compañera de trabajo se llamaba Lupita. Me dijo que su amiga había comprado una Biblia y que la leía a cada rato, pero después de un tiempo vio cosas extrañas. Una ocasión viajaba en el metro de la ciudad de México y después de leer la Biblia se adormeció un poco, cuando despertó pudo sentir que alguien le “clavaba” la vista desde la parte de atrás del vagón, voltea para ver quién era y recibió tremendo susto al ver a otra señora que con ojos blancos la miraba fijamente. Sintió mucho miedo. Se agachó para no verla. Después de un rato la señora con los ojos blancos había desaparecido. Desde ese entonces la amiga de Lupita ya no leyó la Biblia. Lupita me aconsejo fervientemente que no comprara la Biblia, ya que me podía pasar algo malo o incluso, me podría volver loco. Pero no le hice caso, y ya ven las consecuencias, si me volví loco. Tan loco que deje el “Norte”, mi trabajo, mi casa, a mis familiares… y todas las comodidades que tenía, para seguir a Cristo. ¿No creen que esté loco? Yo creo que sí. La palabra de Dios dice: «Porque los judíos piden milagros, y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros anunciamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos. Pues la locura de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres» (1Cor 1,22-25).

Si esta locura me trae paz y felicidad, bendita la locura que llegó a mí hace muchos años.

¿Te consideras loco tú también?

Hasta la próxima.