viernes, 24 de mayo de 2013

La niña que no sabía caminar, pero sabía orar.


Por P. modesto Lule msp



Un domingo estaba en una iglesia de Cuajimalpa, realizando el apostolado de la revista Inquietud Nueva. Muchas veces no nos damos cuenta de los milagros que pasan a nuestro lado.
Tal vez por la distracción, tal vez por el cansancio, tal vez por no fijarnos en los pequeños detalles. En esa ocasión ya había salido la gente de misa y yo ofrecía la revista como siempre se hace. Un grupo de personas se detuvieron para saludarse a la entrada de la iglesia. Una niña de escasos tres años caminaba y pasaba por entre la gente. Tambaleándose pasó a mi lado y se agarró de mi sotana. Su papá que la vio le hablo y le siguió para tomarla de la mano pues sus pasos eran todavía algo inseguros. La niña voltea y ve a su padre que le habla pero ella no se detiene. Sigue caminando y con mirada firme hacia el altar levanta su mano y hace la señal de la cruz. Su papá quedó congelado viendo lo que hacía. Yo sin más volví a ver a su papá y no dijimos ninguna palabra. La niña termino de hacer ese signo de la cruz y se dio media vuelta. Estiro su mano y tomo la de su papá. Él la vio a la cara y la niña soltó una sonrisa muy tierna.

La espontaneidad de la oración nos hace ser diferentes en cada uno de nuestros actos. La ternura de decirle a Dios gracias por la vida se hace en el acto más mínimo y cuando lo hace un niño se hace más grande. Seamos siempre agradecidos con Dios en todo momento y en todo lugar.



Hasta la próxima.

No hay comentarios :

Publicar un comentario